El origen de esta empresa familiar se remonta al siglo XIX. En 1898 “Mama Conchí” comenzó en Monachil con un horno de carbón y la tradición de asar carnes para el consumo familiar. Esa costumbre se fue transmitiendo en el barrio, y pronto los vecinos empezaron a interesarse por comprar esos productos. El “tratamiento” que daba a la receta, heredado de su madre y transmitido de generación en generación, se convirtió en el germen de lo que hoy es Mariscal Delicatessen.

En los años 40, su hija Rosa Díaz Carmona abrió una tienda en el Realejo de Granada, en la Plaza del Ángel, cerca del antiguo Cuartel Real. Posteriormente, su hijo José Mariscal Díaz tomó el relevo y amplió el negocio. Durante más de 30 años trabajó junto a su esposa, Maruja, y juntos consolidaron la empresa como un referente en la venta de productos ibéricos y delicatessen en Granada.

Con el paso de las décadas, las siguientes generaciones continuaron con la tradición y fueron ampliando el negocio. La familia decidió centrarse especialmente en el jamón y embutidos, elaborados sin aditivos, 100% naturales. Con este producto estrella lograron exportar más allá de las fronteras, llevando el jamón granadino a toda Europa.

Hoy, Fernando y Rosa, junto con las nuevas generaciones (nietos y sobrinos), siguen al frente de la empresa, reforzando la marca y ampliando el catálogo de productos gourmet como el bacalao, otro de sus grandes emblemas.

Mariscal Delicatessen cuenta con varias tiendas en Granada capital (San Antón, San Lázaro, San Telmo, Paseo de los Basilios, entre otras) y es un nombre reconocido dentro y fuera de la provincia.